martes, 19 de abril de 2016

La estructura simbólica del Tarot Mantegna









La estructura simbólica del Tarot Mantegna

Las cincuenta cartas que forman el Tarot de Mantegna siguen un orden jerárquico, en el sentido estricto de la palabra hierarkhía, ‘gobierno sagrado’, de hierós, ‘sagrado’, y árkho, ‘mandar’. En la concepción sagrada del Universo, todo depende de la Unidad primera; por ello, para los renacentistas, continuadores de la tradición iniciática pitagórica, los números son también un reflejo jerarquizado que define el conjunto de la Creación. Comentando los Versos dorados de Pitágoras, Hierocles afirma que en ellos “Dios es celebrado como el Número de los números”.
Las láminas tienen una doble identificación: por una parte, numérica, a partir de la cual siguen consecutivamente desde la número uno, la del Mísero, imagen del hombre caído y abandonado a su suerte, hasta la carta número cincuenta, la Primera Causa, centro de donde emana toda la Creación. La otra identificación seriada se realiza por medio de letras: A, B, C, D, E (o S); cada una de estas cinco letras agrupa diez láminas, siguiendo un orden inverso al numérico, de manera que el grupo de cartas con la letra A, o primera serie, son las numeradas del 41 hasta el 50, y las que pertenecen al grupo E (o S), la última serie, son las numeradas del 1 hasta el 10.
Como apunta  J. Seznec, la jerarquía de las láminas: “forma, situadas una tras otra, como una escala simbólica que va de la tierra al cielo. Desde lo alto de esta escala, Dios, la Primera Causa, gobierna el mundo, no directamente, sino por grados, por una sucesión de intermediarios; el poder divino se transmite así hasta las criaturas inferiores, hasta el humilde mendigo [el Mísero]. Pero la escala puede también leerse de abajo arriba; en este caso enseña que el hombre puede elevarse gradualmente en el orden de los espíritus, escalando [hasta Dios]”.
Esta escalera jerárquica es la propia Creación divina, que fundamentaba el sistema de pensamiento del autor del Tarot. Ficino lo explica de la manera siguiente: “Todas las cosas pasan desde el sumo grado al ínfimo por los intermedios, de tal manera que aquellas ideas que son concebidas por la mente divina dan, generosamente, sus dones a los hombres a través de los dioses y de los demonios”.
Pico de la Mirándola relaciona el orden sagrado de las láminas del Tarot de Mantegna con la escalera que soñó Jacob, y escribe sobre ello: “Nos instruirá este sapientísimo Padre, dormido acá en el suelo y vigilante allá en la altura; y lo hará por modo de alegoría, diciéndonos que hay una escala apoyada en la Tierra y alargada hasta el último Cielo, señalada con un gran número de grados, con el Señor arriba sentado en lo alto”.
El orden de las láminas del Tarot de Mantegna enseña las dos operaciones de la Obra Alquímica, pues al seguir el orden de abajo arriba se refiere a la espiritualización del cuerpo, y con el orden inverso a la corporificación del espíritu.

  “El Tarot de Mantegna” Raimon Arola 

El Templo del Tarot