EL
TAROT Y LA CABALA
La palabra
cábala significa tradición y representa la enseñanza mediante el ancestral
sistema de “boca a oídos” de un conocimiento profundo sobre el hombre, el
Universo y la causa, origen y destino de ambos.
Este
conocimiento fue preservado por el pueblo hebreo, quien lo mantuvo vivo a
través del admirable diseño de los caracteres de su alfabeto y especialmente
del jeroglífico del Árbol de la Vida, que lo transmitió, de generación en
generación, a aquellos que estaban preparados para la sabiduría secreta.
La cábala se
divide en dos ramas igualmente importantes, que aunque conectadas entre sí,
pueden ser trabajadas en forma independiente, estas son: la cábala literal y la
cábala mística.
La cábala
literal estudia las letras hebreas, sus asociaciones, sus valores y
correspondencias numéricas, las palabras formadas y aquellas que por sumar el
mismo valor matemático, se encuentran en afinidad y cuyos significados se
complementan y aclaran entre sí. Esta modalidad podríamos llamarla “de la cabeza”
pues a través de la perspicacia, observación, reflexión y calculo, la mente
puede llegar a percibir aquello que se encuentra mas allá de las palabras y de
las letras que las forman, llegando a descubrir el poder del espíritu que se
esconde tras el verbo.
La cábala
mística, a la que podríamos llamar “del corazón” está basada íntegramente en el
Árbol de la Vida, y en la que los nombres divinos, los de las entidades
arcangélicas, las diferentes emanaciones o estados del universo, son motivo de
meditación (que no de reflexión) sobre las que se vuelca el cabalista,
sintiendo desde su corazón las diferentes manifestaciones de los variados
aspectos de Dios, hasta alcanzar en el elevado mundo de Kether ( o corona del
Universo ) la unión real y consciente con él.
En el Tarot de
Marsella cabalístico y astrológico, figuran la totalidad de las conexiones que
existen entre la cábala literal, la mística, la astrología y el Tarot de
Marsella, que forman el entramado de la sabiduría Arcana, destinada a ser
estudiada y practicada por la raza de occidente.
El
Árbol de la Vida
El Árbol de la
Vida es un diagrama compuesto por una serie de círculos, diez concretamente,
unidos entre sí por líneas rectas llamadas canales o senderos.
Cada círculo
recibe en hebreo el nombre de sephirah (número o emanación) en singular, o
sephiroth, en plural.
Cada uno de
los círculos está numerado del 1 al 10 en la forma mostrada y se relacionan,
entre otras cosas, con las cualidades atribuidas por la astrología, a los
distintos planetas del sistema solar.
Como podemos
observar, el Árbol muestra tres grandes líneas verticales llamadas pilares. La
primera compuesta por los círculos cuyos números son el 1, 6, 9 y 10, se
denomina pilar central o pilar del equilibrio y simboliza la manifestación del
universo que se hace posible debido al equilibrio entre anabolismo y
catabolismo, construcción y destrucción.
El pilar
compuesto por los círculos 2, 4, y 7 se denomina pilar de la misericordia o de la gracia y
representa aquella serie de energías que tienden a la construcción, a la
benevolencia y al desarrollo de las cosas.
El tercer
pilar, compuesto por los números 3, 5 y 8 es conocido como el pilar de la
severidad y muestra el aspecto menos grato, pero también necesario en el orden
universal, que es el de la inevitable destrucción de lo viejo y caduco, para
preparar el terreno de las cosas nuevas.
Si observamos
el árbol desde otra perspectiva, podemos contemplar que sus líneas o círculos
forman una serie de triángulos. Estos triángulos representan diferentes estados
de la conciencia y de la evolución y sus nombres son: triángulo de la
divinidad, triángulo de la individualidad o de la ética y triángulo de la
personalidad.
El triángulo
de la divinidad está compuesto por los círculos uno, dos y tres y corresponde a
la idea de Dios, como fuerza omnipotente, omnisciente y creadora de la
totalidad del universo.
El triángulo
de la individualidad o ética, está compuesto por los círculos cuatro, cinco y
seis, cuyo vértice está hacia abajo y representa el estado de conciencia de
aquellos seres que han trascendido su propia personalidad y su propio yo y se
sienten como servidores y canales de las fuerzas que a través de ellos el Todo
decida manifestar. En este estado no hay nada personal que conseguir o
demostrar, sino que se vive el universo como una absoluta unidad, en la que sin
embargo cada parte tiene su propio papel y su propia misión.
El tercer
triangulo llamado el de la personalidad, está compuesto por los números 7, 8 y
9, quedando descolgado y más abajo el número 10. Se le atribuye el estado de
conciencia en el que se considera que se posee un yo, una mente, un sensorium
emocional, una vida personal y un cuerpo físico y desde este estado se
contempla, se valora y se vive el universo. Este es el estado general de la
raza humana.
El Árbol de la
Vida es un método de estudio tan sabiamente elaborado que todo puede ser
comprendido y explicado a través de un diagrama. Su simple observación va
despertando desde el interior, el conocimiento de lo que representa y es. Posee
la maravillosa cualidad de revelarse a sí mismo. Por ello todo el tiempo
dedicado a mirar, reflexionar o meditar
sobre el árbol, será un tiempo bien invertido, pues repercutirá en nuestra
propia evolución y en un acercamiento hacia la comprensión de la verdad que
simboliza.
Los
4 Árboles
La cábala
afirma que existen cuatro diferentes árboles, cuatro formas distintas de
estudiarlo y cuatro fases de creciente densidad en su manifestación.
El Árbol más
abstracto de todos es el Arquetípico, que representa un esquema totalmente
espiritual de todo cuanto existe. Corresponde a un plano que en cábala recibe
el nombre de Atziluth. En el Tarot Cabalístico este plano está representado por
los reyes.
Otro Árbol y,
por lo tanto otro plano de manifestación, es el creativo llamado Briah y
consiste en la consideración del universo como la expresión de una inagotable y
creadora fuerza mental. En el Tarot Cabalístico este papel le corresponde a las
reinas.
El tercer
aspecto de la manifestación llamado plano formativo o Yetzirath explica que
todo el universo no es sino energía en diferentes estados y ciclos de
expresión. Su relación es con los caballos del Tarot.
Por último la
relación del Árbol con las Sotas o Pajes se denomina Assiah o mundo de la
acción y presenta el Universo como actos y hechos producidos en la materia, en
el espacio y en el tiempo.
El trabajo de
la cábala práctica suele realizarse con los colores de los sephiroth
correspondiente al plano de Briah (las reinas) y con los colores de los
senderos del plano de Atziluth (o reyes), esto es debido a que los sephiroth
son considerados macro cósmicos y
objetivos; y los senderos, micro cósmicos y subjetivos.
J.A. Portela –
Tarot y Cábala
La puerta
violeta: https://tarot-nnavarro.com/
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