¿Está
el futuro predeterminado?
La vida es un
proceso, es un torrente de movimientos. Las cartas del Tarot pueden ayudarte a decidir la naturaleza y las
características de lo que sucede a tú
alrededor y qué cosas desempeñan un papel en ello. Los procesos descritos tienen
su propia legitimidad y modo de desarrollo, y con toda seguridad lo constatarás
por tu propia experiencia. Supongamos, por ejemplo, que la imagen conjunta que
presentan las cartas evidencia cierta situación que ha llegado al límite para
ti y que exige cambios; es posible que
te convenzas de que alguna situación de este tipo se materializara en la vida
cotidiana y te hará pensar según estos parámetros. Es más, tus contactos con
quienes te rodean y las reacciones que ellos muestran hacia ti pueden dejar
claro que algo tendrá que cambiar.
Hasta este
punto el futuro está predeterminado. Pero - y recalcamos el “pero” – al identificar los
procesos que operan, puedes enfocarlos de forma constructiva y sacar provecho
de ellos. También este es el motivo por el que es difícil “predecir” si algo va
a acabar en drama o en crisis: depende del individuo.
En cualquier
caso, las cartas revelan las tendencias básicas, pero ciertamente no ofrecen un
análisis detallado. De modo que queda espacio para maniobrar. Cada tendencia
puede materializarse de múltiples maneras. Finalmente, cuando consultas las
cartas sin el impedimento de alguna emoción fuerte como la ansiedad, las ideas
que te formas de la situación pueden influir en su posterior avance, por no
mencionar la forma de abordarlo. De hecho, mientras se tiran las cartas ya
estás cambiando el resultado de la tirada, aunque no necesariamente en sus
rasgos principales.
Supongamos que
una relación que mantenías he entrado en crisis y deseas saber qué va a
suceder. Sacas la Torre y ves un rayo que impacta sobre ella y a dos personas cayendo
al suelo. Una primera reacción lógica puede ser: “¡Santo cielo! Va a haber una disputa,
una pelea y una separación”. Pero considera bien el significado simbólico de la
carta y su papel en todo el proceso de individuación, y toda la situación aparecerá
bajo una luz por completo diferente. La carta te advierte que si te has
atascado en ciertas ideas y actitudes y no lo has advertido, o rehúsas ver las
señales que te indican que hagas algún cambio, llegara un momento en que el
inconsciente estará sometido a tal presión que “el dique acabará por romperse”.
Por consiguiente, no hay motivo para que la predicción de la Torre signifique
una separación.
Lo que de
hecho te dice la carta es: echa una ojeada a aquellos aspectos en los que te
encuentras demasiado encerrado, siguiendo patrones y convicciones rígidas en relación
contigo mismo o la otra persona. Han dejado de ser útiles. Si eres capaz de
afrontarlos, la relación puede continuar sin desmoronarse. Lo único que dice la
Torre es que ha llegado el momento de
una renovación y que, de una forma u otra, veras que ésta se concreta en tu
relación, bien a través de cierta agitación, bien mediante una explosión terrible
de emociones, o bien de algún otro modo.
El punto
crucial del asunto es que el Tarot, como
espejo de tu inconsciente, revela qué parcela es la adecuada para la experimentación
en este momento. Por mi propia práctica, sé que he sido incapaz de llegar hasta
este punto, pero no he sido capaz de predecir lo que hará el cliente o si la evolución
de los acontecimientos será constructiva o destructiva. Y esto nos lleva a otro
factor esencial a la hora de tirar las cartas: las preguntas a las que hay que
responder con “si” o un “no”, no pertenecen al Tarot. Este conjunto de cartas
llenas de simbolismo te permiten un discernimiento general acerca de procesos y
dinámicas. Revela entornos de situaciones, y esto excluye cualquier “si” o “no”
breve y simplista. Por lo tanto, es preferible evitar preguntas del tipo “blanco
o negro”.
Fuente:
El Tarot como vía de conocimiento – Karen Hamaker – Zondag
No hay comentarios:
Publicar un comentario